The Power of Books es una serie de fotos de Mladen Penev, diseñador búlgaro.

miércoles, 30 de junio de 2010

Los medios y la educación de los jóvenes




Eje 1

Por Pilar Mora Viera

En la actualidad, además de la educación que reciben por parte de sus familias y del sistema escolar, los niños y adolescentes están constantemente expuestos a los mensajes y contenidos simbólicos puestos en circulación por los medios de comunicación. Ya que este hecho es inevitable, debido a que los medios se han incorporado a nuestras vidas hasta tal punto que resultan inseparables de la cotidianidad, es sensato analizar qué es lo que ellos transmiten a su juventud para su formación.
¿Cuál es el mensaje que los medios facilitan a los niños y adolescentes en su continua posición de consumidores? En este punto, es necesario destacar que los medios no se preocupan por la educación de sus receptores, si no porque éstos se mantengan apegados y dependientes de ellos para alcanzar una postura más optimista en el mercado. Porque las instituciones mediáticas no son más que eso: industrias que venden productos. Narran desde la lógica del espectáculo, lo divertido, generador de placer y conformidad emocional, desde la dinámica de lo entretenido. Se alejan de lo didáctico y lo poco rentable, lo que se aproxime a lo educativo, estimulado por el pánico al aburrimiento, que deriva en lo peor que le puede pasar a un medio: que el receptor “cambie de canal”.
De esta manera, siguiendo esta línea que juega a favor de sus intereses económicos, los medios mantienen a su público expectante e intacto. Y ganan, ante su apacible e inocente transparencia, su aparente inofensiva intención de entretener y alejar a los chicos del abrumador castigo de tener que sentarse a leer, a esforzarse, a aprender. Aquí está la fortaleza de los medios, en este discurso anti-didáctico, que cautiva a la juventud y a tantos otros, ganando así cuanto más audiencia más poder simbólico y mayor capacidad para transmitir, una vez amarrado el sector social adecuado, algo más que simple espectáculo, bajo esa capa invisible de neutralidad e inocencia. No existe ninguna de esas dos cualidades en los medios de comunicación, debajo de esa capa, siempre hay un interés, una apuesta, y mediante la diversión, un acierto.
Herederos de la cultura zapping. ¿Cómo despegarlos de la telaraña tejida por los intereses mediáticos? Nacieron y crecieron con la televisión y las tecnologías, con esa búsqueda incansable de lo divertido y del escape con tan sólo un click a aquello que pueda resultar perturbador, como puede serlo un sencillo libro. Esa búsqueda debería ser modificada y habría que encontrarle una alternativa, la integración de otros temas, una renovación de raíces, que incluyan una introducción a la política, a la historia, a la literatura, al arte, que realmente los eduquen, que los enderecen. Pero no respondería al interés mediático, por lo tanto, seguimos sumidos en el mismo problema. Los medios no pueden arriesgarse a perder el control sobre un público que, a pesar de que no se trate de esponjas que absorben todo lo que ven sin ningún proceso de meditación previa, están acostumbrados a oírlos y mirarlos desde antes de aprender a hablar.
Ya que no hay ninguna escapatoria definida y configurada, una solución puede ser la fusión de entretenimiento con educación en los media, para abrirles un poco la cabeza a los jóvenes a nuevas posibilidades, interpretaciones, perspectivas, concepciones, que los conformen como individuos. Porque en ellos está el futuro, y de eso debería valerse la cultura mediática.

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-88088-2007-07-14.html
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1151760

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